Lo primero que hubo en este sitio fue un pequeño río que terminaba en el Riachuelo, cruzado por un puente.
En 1866, la empresa "Ferrocarril Buenos Aires a Ensenada" decidió construir un camino en el local para transportar cargas entre la "Estación General Brown" y la "Estación Muelles de la Boca". Pero apenas 32 años más tarde el servicio fue cancelado y el camino cerrado.
El local acogió cientos de inmigrantes que llegaron a la ciudad, principalmente italianos genoveses que se instalaron en el local interesados en la fuerte actividad en su puerto.
Como no tenían donde vivir, construyeron lo que hoy conocemos como "conventillos", casas sencillas divididas por varias familias.
El exterior de las casas además de sus puertas y ventanas tenían combinaciones de colores varios porque la pintura usada era las sobras de las pinturas de los barcos del puerto.
Posteriormente, el lugar ha sido transformado en un camino natural, conocido en el barrio como "La Curva", y mas tarde terminó abandonado como un depósito de basura.
En 1950 un grupo de vecinos decidió recuperar el lugar. Entre los ayudantes estaba el famoso pintos boquense Benito Quinquela Martín, que bautizó el local como "Caminito", en homenaje al tango de Juan de Dios Filiberto.
Nueve años más tarde el gobierno municipal decidió fundar la calle-museo, hoy mundialmente conocida y considerada el primer museo peatonal al aire libre del mundo.
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