Después de las muchas horas dormida ayer, me desperté como nueva, las agujetas habían disminuido notablemente y las ampollas se habían secado durante la madrugada, si no fuera por las muchas picaduras de mosquitos que tengo por todo el cuerpo diría que ha sido una noche de sueño reparador, pero casi. No se puede tener todo en la vida, ¡aunque se intenta!
Salimos super pronto del albergue ya que queríamos recuperar los "kms perdidos" de ayer, había una niebla muy espesa durante los primeros 5-6km que no nos dejaba ver más allá de unos pocos metros de distancia, pero la mejora física y las pastillas para el desayuno han ayudado a que avanzáramos rápido.
Cerca de Ligonde fuimos obligados a hacer una pequeña pausa para admirar la luna casi llena que estaba espectacular en el cielo combinada con el manto de nubes bajas cubriendo las plantaciones de maíz. Es una pena que el móvil no sea capaz de captar decentemente tanta belleza, así que tendréis que creer en lo que os cuento.
Después de un par de horas andando, llegamos a Palas de Rei donde paramos a re-desayunar. Nuestro objetivo era avanzar hasta Melide a probar su tan famoso pulpo a feira, y lo hemos cumplido.
En medio del camino volvimos a encontrar el grupo de excursión de abuelos de ayer debidamente asistido por sus guías y autobuses de apoyo. Hoy los turisgrinos ya no tenían tanto gas, la mitad por lo menos había abandonado el camino y la otra mitad avanzaba a duras penas.
Llegando a Melide encontramos a la Pulperia Ezequiel, famosa por ser considerada por muchos el mejor pulpo a feira de todo el camino. Llevan 40 años sirviendo el mismo plato en una tradición pasada de madre a hija. No os puedo asegurar que es el mejor pulpo del camino porque en realidad solo hemos comido 2: uno en O Cebreiro (caro y con textura a chicle) y el de Melide (mucho mejor, aunque con lo malo que estaba el otro cualquiera le gana). Supongo que si el pulpo del Ezequiel tiene tanta fama, por algo será. Yo no tengo ninguna queja, la verdad es que he comido muy bien.
Hoy nos quedamos a dormir en un albergue privado en el centro de Melide, la habitación es pequeña y solo hay dos literas, la de al lado está ocupada por una brasileña y su pareja guiri, por lo que espero que la noche sea tranquila y sin el habitual concierto de ronquidos.
Para mañana tendremos la última super-luna del año, asi que madrugaremos (si es posible) un poco más de lo habitual a disfrutar más tiempo del espectáculo lunar en el cielo. Además, si la luna casi llena de hoy iluminaba el camino mucho más que mi linternita, imaginate lo que no hará la super-luna de mañana!
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