Ya lo se, soy un desastre pero no me importa. Aun tengo como objetivo de vida organizar mis fotos, hasta entonces seguiré encontrándome unas cuantas esparcidas por los varios medios digitales que he probado (y sigo probando) hasta el fin de mis días.
Hoy me he acordado que un día he tenido una cuenta en Flickr, decido entrar en ella y entonces me doy cuenta que en realidad ¡sigo teniendo 3 cuentas activas! Bueeeeno, seguro que no soy la única, pienso. Pero en fin, vamos al lío. Resulta que mirando mis antiguas cuentas de Flickr me he encontrando con unas cuantas fotos que comprueban lo muy mala que es mi memoria.
Para el que no lo sabe, una de las (muchas) razones por seguir escribiendo en un blog que actualizo de vez en nunca (básicamente cuando me da la real gana) es porque en el profundo de mi ser tengo el miedo de olvidar los sitios en los que he estado. Ya, parece una tontería pero me j**e bastante ver fotos mias y pensar "aaaanda, ¡pero si he estado en la conchinchina y no me acordaba!". En el momento en el que esta frase empezó a repetirse muchas veces en mi cabeza fue cuando empecé a preocuparme, así que aquí estoy.
Pues eso, entre las varias fotos que me encontré abandonadas en mi Flickr, están algunas que me hacen tener este sentimiento de, como lo describiría...
Si, algo así.
Entonces he decidido hacer una pequeña selección que agrade a mis gustos, disminuya este sentimiento de escapista y me haga quedar, al menos, un poco más sossegada como dirían en mi tierra.
Ohhh Moscú, hace ya más de un año que estuve allí y parece que fue ayer. Siempre tuve ganas de conocer la Plaza Roja y el primer comentario que salió de mi boca cuando la vi fue "Me la imaginaba más grande". Desde entonces intento no crear expectativas por conocer a sitios míticos, luego no son como me los imagino y me siento como si alguien me tirara un cubo de agua fría sobre la cabeza. Pero, aparte de la pequeña sorpresa por el tamaño de la plaza, volví encantada por Rusia.
También en Moscú visitamos la mayor pista de hielo de Europa construida en el Parque Gorki, más conocido por los locales como "Park Kultury". En la foto podéis ver un pedacito de la pista que posee 15 mil metros cuadrados y que cuenta con caminos de madera por todo su alrededor para que los "sin-patines" también puedan disfrutar del espacio. Me ha parecido uno de los parques más entretenidos que he visitado en mucho tiempo, sin contar el mercado de pinturas y otros objetos de arte que ocupa unas cuantas calles de su alrededor además de varios pasadizos subterráneos. Algún día os colgaré el vídeo del paseo por aquí...
Mucha gente me había dicho que Andalucía me iba a encantar, pero nunca imaginé que una ciudad me impactaría tanto como Córdoba. Antes de bajarme al sur de España por primera vez, estaba leyendo un libro que se llama "La mano de Fátima", una de las varias novelas históricas que adornan mi estantería. Me comí el libro el pocos días de playa de tan metida que estaba en la historia, de ahí mi embobamiento cuando me encuentro la portada del libro en el techo de la Catedral de Córdoba. Ha sido uno de estos momentos que todo se vuelve más claro y entiendes porque, después de siglos de batallas, nadie de ninguna tribu, raza, nacionalidad o loquesea ha tenido c*****s de destruir tamaña maravilla. Y la Catedral es apenas la cereza de la tarta, porque entre el sus callejuelas, plazas porticadas, puentes de piedra y varias iglesias centenarias iba yo atontada por la vida.
Pasamos la nochevieja de 2011-2012 en Burdeos, el tiempo no ayudó: hacía frío, llovía constantemente, la gente tenía cara de malhumor y yo no estaba para la labor de hacer planes para el año que empezaba. La ciudad me pareció monísima con un cierto aire pijo y muy francesa con sus varios edificios clásicos. Como buena amante de los monumentos y edificios antiguos, no me gusta un pelo cuando los gobiernos tienen la nada brillante idea de construir lo que sea en zonas históricas en un intento fallido de darle un aire moderno, pero tengo que admitir que el espejo de agua construido en la Place de la Borse le da un toque bastante singular. ¡Es maximizar algo que ya es precioso él solo con nada menos que un espejo gigante! Simplemente brillante.
Buenos Aires tiene varias cosas que hacen con que la visita valga la pena, pero nada se compara a el Caminito. Su colorido, su arte, la gente bailando por la calle, todo bien apretado en dos calles pequeñitas en medio de un barrio gris. Nada más agradable para un día frío de sol. Me recordaba algunos los varios mercadillos que hay por toda España, pero con este aire Latino de Sudamérica y mucho más color. Un verdadero museo de arte al aire libre.
Mi viaje a Miami fue corto pero intenso. Recién había vuelto de dos semanas de viaje entre Rusia y Suiza, lo único que me apetecía era quedarme en casa, con mi manta, en mi sofá. Apenas 4 días tuve incluyendo el viaje de ida y vuelta además de un evento de Mobile Marketing que dura 3 días. Al menos los organizadores han tenido la estupenda idea de hacerlo en un excelente hotel delante de la playa, así te puedes escapar entre reunión & reunión para mojar los pies en el Atlántico, respirar un poco de aire y volver al tajo.
Fotos @ Lugaresquever