La Basílica de la Natividad es uno de los templos cristianos en uso más antiguos. El edificio original fue construido por el obispo Makarios de Jerusalén, por órdenes del Emperador Romano Constantino I en el año 325. En el año 529, durante la rebelión de los samaritanos, fue quemado y destruido completamente.
La tradición dice que la iglesia fue construida en el lugar donde nació Jesús de Nazaret, lo que le convierte en un lugar sagrado para muchos.
La sección principal (la basílica) está controlada por los ortodoxos griegos. Está diseñada como una basílica romana genérica, con tres naves y un ábside. Aunque en la actualidad se encuentra bastante deteriorada, en su día contó con mosaicos dorados que cubrían las paredes laterales, así como con un suelo de estilo romano que fue cubierto posteriormente
La iglesia católica romana anexa fue construida empleando un estilo Gótico renovado, y desde entonces ha sido modernizada aún más de acuerdo con las tendencias litúrgicas surgidas del Concilio Vaticano II.
La caverna subterránea cuenta con un altar sobre el lugar en el que se dice que nació Jesús. El punto exacto está marcado por un agujero en medio de una estrella de plata de 14 puntas rodeada por lámparas de plata. Este altar es neutral, aunque su diseño es principalmente ortodoxo armenio.