Y la tan famosa subida a O Cebreiro ha llegado, ha sido dura pero mucho menos de lo que me esperaba. Como hemos quedado en Sarria el domingo, teníamos un día sobrando y hemos decidido reorganizar las etapas dejando pocos kms para la subida de Cebreiro, y la verdad es que ha sido una brillante idea.
Salimos prontito de Vega, empezamos a caminar aun bajo esta niebla mañanera. Hacía frio por la mañana, unos 10 grados más o menos, pero nos ha venido bien para poder caminar más cómodamente.
La subida ha sido, desde mi punto de vista, menos dura que la de Foncebadón. También es cierto que entonces aun tenia los dolores de los primeros días mientras que hoy estoy estupendamente, sin ampollas ni agujetas. El sendero es precioso, gran parte discurre entre bosques verdes que parecen sacados de un cuento de hadas.
Después de pasar por el pueblo de La Faba (muy mono, por cierto) el bosque cambia por unas impresionantes vistas de los montes. Como teníamos tiempo de sobra, fuimos despacio disfrutando del paisaje.
A apenas 1km de O Cebreiro cruzamos la frontera entre León y Galicia. Saber que ya estamos en Galicia te trae esta sensación de mayor cercanía a Santiago aunque todavía nos falta una semana para llegar.
Llegamos a O Cebreiro pronto, tanto que el Albergue aun no estaba abierto. Aprovechamos para relajar un poco hasta la hora del checkin. El pueblo es muy pequeño pero encantador y las vistas son una pasada.
Esta noche nos quedamos en el Albergue Municipal, el edificio está muy bien y no hace falta repetir que tiene unas vistas de quitar el aliento, pero como todo gran albergue público y con mucha gente, la limpieza y organización no son precisamente su mayor calidad. Y llámalo mala suerte pero nos ha tocado en la habitación unos turisgrinos tan mal educados que me entran ganas de tirarles cuesta abajo.
Supongo que cuanto más nos acercamos a Santiago, más turisgrinos mal educados habrán ya que gran parte de los que hacen el camino se cogen solo las últimas etapas. Lo mínimo exigido para recibir la Compostela son 100km a pie, muchos vienen como si estuvieran de vacaciones y se dejan la educación en casa. Estoy entrenando mi paciencia de una forma super intensiva, volveré a casa transformada.
Para celebrar que ya estamos en Galicia, cenamos pulpo, caña y queso de O Cebreiro con miel. Buenísimo! Me tocará volver a este pueblo aunque sea solo para comprar su queso.
Mañana nos toca unos 20km más hacia Triacastela, después de haber cruzado Foncebadón y O Cebreiro todo me parece más sencillo. Y antes de que me vaya, os dejo una foto de la habitación de las botas: las mejores vistas del albergue las tienen las botas. Bien merecido.
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